La Monja y el CEO
🗨️ Me presento soy Brenda Castillo Bravo, soy la menor de seis hermanos, tengo veinte años y llegó cinco internada en un convento, cuando cumpla mis veintiún años haré los votos y sellare mi condena.
Les contaré como era mi vida antes de llegar al convento de la sagrada familia.
Soy hija de una adinerada familia, dueña de grandes empresas de publicidad, dedicada a realizar los comerciales que se ven a diario de grandes marcas, con acciones en aerolíneas, empresas de moda y algunos de los bancos más importantes del país.
Mi padre, el reconocido Arturo Castillo y de la reconocida ex reina de belleza y actriz Sofía Bravo.
De esta adinerada y conveniente unión nacieron tres guapos varones y tres hermosas mujeres.
De mis hermanos solo el mayor vive cerca de nosotros, los otros dos están radicados fuera del país y han hecho sus vidas hace mucho tiempo, mientras mi hermana se dedico al servicio espacial y hace varios años no sabemos de ella.
Mi familia es fanática de las fiestas y reuniones sociales, cualquier motivo es bueno para celebrar, a pesar de su espíritu alegre, mis padres son muy tradicionales en la educación de sus hijos.
Amigos, novios y esposas, son escogidos para sus hijos cuidadosamente entre los conocidos de su mismo nivel social, así fue como conocimos a los hermanos Santo Domingo hijos de un reconocido empresario dueño de las grandes empresas de llantas e importadores de las marcas de automóviles de alta gama que recorren las grandes autopista del país.
Era el cumpleaños de mi madre y por supuesto no podría faltar una celebración por todo lo alto, nuestras casa de verano a la orilla del mar había sido decorada de foema elegante, nadie se atrevía a preguntar cuántos años cumplía, pero mi madre estaba orfulla de cumplir sus primeros cincuenta.
los invitados, importantes personalidades de renombre entre ellos estaba la familia Santo Domingo, la ilustre pareja llegó acompañada de sus dos hijos, casualmente de las mismas edades de mi hermana y yo, diecisiete y quince.
Mi hermana Xiomara, mi mejor amiga y cómplice de pilatunas y yo nos parecíamos demaciado, ambas de 1,65 cm de estatura, cabello negro azabache, ojor azules y una piel bronceada por el sol de las playas de Aruba a donde viajábamos el fin de semana a estar con nuestros abuelos maternos.
Para la celebración del cumpleaños de mi madre decidimos vestir del mismo color, vestidos finos y elegantes del mismo color aunque de diferente modelo, todo era risas, las pareja bailaban, los empresarios disfrutaban de sus temas de conversación mientras bebían whisky de la mejor calidad.
Yo nunca bebo licor, pero esa noche mi padre insistió tanto que terminé aceptando tomar un poco solo para agasajar a mi madre, pero mi padre continuó dándome uno y otro, hasta que mi mente se nubló.
Cuando desperté estaba en la clínica, mi madre lloraba, mi padre escondía su sentimiento de culpa en una ira inimaginable, su mirada me hizo saber que algo estaba mal.
El médico de la familia llegó y todos salieron de la habitación, mi madre me miraba con compacion mi padre me esquiva la mirada, mi hermana entró al cuarto y cerró la puerta.
Xiomara: Hermanita, ¿cómo te siente?
Brenda: Aún con mareos, todo me da vuelta, le dije a mi padre que no me gusta el alcohol, pero el siguió insistiendo, que ya era hora de aprender a tomar en sociedad, que tenía que aprender a controlarlo.
Xiomara:¿Y no te acuerdas de nada más?
Brenda: No, ¿por qué? ¿Hice algo mal?
No me digas que avergonce a nuestros padres.
Xiomara: No hermanita, no pasó nada, solo te desmayaste después de beber todo lo que papá te dio, el se siente culpable.
Brenda: Bueno, yo estoy bien, lamento haberle arruinado la celebración a mamá.
Por favor me ayuda a levantar, quiero ir al baño.
🗨️ Cuando intente pararme. Sentí un fuerte dolor en mi cintura y en mi entre pierna, sentía como si mis caderas estuvieran abiertas el dolor era irresistible y no podía coordinar mis paso, la angustia que sintió mi hermana hizo que me soltara y me dejó caer.
Mi padre que veía todo desde la ventana, entró corriendo a la habitación me alzó en sus brazos y me puso nuevamente en la cama.
¿Papá, que me pasa, por qué no puedo caminar?
Esa fue la pregunta que Brenda le hizo una y otras vez, estaba tan alterada que tuvieron que llamar a la enfermera para que le suministrara un sedante.
Doctor Villareal: Deben decirle la verdad, ella no lo recuerda en este momento, pero su mente le empezará a mostrar imágenes y eso será frustrante.
Arturo: Pero cómo le voy a decir a mi niña, quedos jovenes, hijos de una de las familias más prestigiosas del país, abusaron de ella cuando me pidió que la dejara ir a su cuarto, porque se sentía mareada.
Fue mi culpa, debí aceptar su negativa cuando me dijo que no quería licor.
Sofía: No te culpes amor, que te ibas a imaginar que algo así pasaría
Ve y descansa, yo me quedare con ella.
Xiomara: No mamá, yo me quedare con ella, tu lloraría toda la noche y eso es lo que menos necesita Brenda, mejor ve y descansa, mañana la llevaremos a casa y necesitará toda nuestra atención.
🗨️Sus padres se van a casa y su hermana se queda con ella, se acuesta a su lado como lo hacía cuando estaba pequeña y tenía miedo de dormir sola.
Pero Brenda a pesar de estar sedada siente que alguien la acaricia y se despierta gritando, su hermana trata de controlarla y no es capaz, tocando el botón de pánico, pide ayuda a la enfermera.
Al día siguiente, es dada de alta con la recomendación de llevarla a tratamiento de psiquiatría.
En casa está toda la familia reunida, su padre la lleva cargada a su habitación, sus hermanos mayores con sus esposas y sus hijos le dan la bienvenida, pero aún así la tristeza se siente en el aire.
Brenda: Alguien me puede explicar ¿que pasa? ¿Pasó algo la noche de la celebración del cumpleaños de mamá, hice algo malo? La verdad no logro acordarme.
Xiomara: No hermanita tu no hiciste nada, solo te pasaste de copas y aun estas bajo los efectos del alcohol.
Brenda: Yo le dije a papá que no quería licor, no me gusta, pero bueno era el cumpleaños de mamá y era un motivo para celebrar.
Capítulo 2
🗨️ Su hermano mayor conmovido por lo sucedido con su hermana y odiando tener que mentirle decide contarle lo que pasó, se sentó a su lado tomó su mano y empezó a hablar.
—Hermanita, sé que por lo que voy a hacer mis padres me van a crucificar, pero creo que es justo que sepas lo que pasó hace un par de noches.
Según lo visto en las cámaras, después de pedirle a papá que dejara de darte licor, que te estabas mareando, saliste por el pasillo que va del salón social a la sala, para luego tomar rumbo hacia las habitaciones, pero en el camino te cruzaste con los hermanos Santo Domingo, quienes a pesar de tu negativa te llevaron a la zona verde el lugar más apartado y oscuro que hay detrás de la casa.
Tu luchaste contra ellos, los mordiste y los arañaste, pero estabas indefensa y lograron dominarte.
🗨️ Las lágrimas corrían por las mejillas de ambos hermanos, después de una pausa Franco, sujetando fuerte las manos de su hermana, continuó con el relato.
—Abusaron de ti, a pesar de la música y los voces de los invitados, tus gritos fueron más altos y alertaron a todos los asistentes, cuando llegamos ya habían logrado su cometido.
Los señores Santo Domingo estaban muy apenados, cuando salieron con sus hijos rumbo a su casa.
— !!Pero por qué, yo solo quería ir a dormir, me sentía muy mal, no recuerdo qué pasó!!
Fue mi culpa no debí recibir licor, yo no sé beber como Xiomara, de haber aprendido nada de esto hubiera pasado.
Su hermano que medía un metro con ochenta y cinco, la abrazo haciéndola desaparecer entre sus enormes brazos y le dijo consolándola.
—No chiquita, no fue tu culpa, no digas eso.
🗨️ Entre los brazos de mi hermano, llore amargamente, me sentía miserable, no entendía el porqué me tenía que pasar justo a mi.
Un rato después, luego de que su madre le diera un té relajante, se sintió con fuerza para empezar a decidir que haría con su vida a partir de ahora
—Me dejas sola por favor, les avisaré cuando esté lista para continuar— le dijo a su hermano, mientras acomoda su almohada para luego poner su cabeza en ella
—Está bien, pero primero prométeme, que no harás ninguna locura
— Tranquilo, la reina del drama es Xiomara, además no me darías tiempo, se que tienes cámaras por toda la casa y que me vigilias desde tu celular, no intentaré hacerme daño, solo quiero pensar.
🗨️ Franco salió de la habitación, todos lo esperaban afuera con cara de preocupación.
—¿Y? ¿Qué dijo? ¿Cómo se siente?— dijo su madre con voz de angustia y preocupación.
—No se mamá, Brenda es muy fuerte, lloro un rato, luego se tomó el té que me pasaste y después me pidió que la dejara sola— dijo Franco mientras se encamina por el pasillo con los utensilios en los que subieron el té en las manos.
—¿Y la dejaste sola? No pensaste que podría atentar contra su vida— dijo Xiomara
🗨️ Con una sonrisa burlona Franco contestó.
—Tranquila, la dramática de la familia eres tú, dejala solo quiere pensar, estoy seguro que en un par de días sabrá cómo manejar la situación, eso sí les advierto, la apoyaré en cualquier decisión que sea que tome.
Por ahora la dejaré tranquila y espero que ustedes también, cuando esté lista nos lo hará saber.
🗨️ Xiomara no está dispuesta a dejarla sola, quería hacerle saber que contaba con ella, entró y a pesar de la negativa de su hermana, se quedó esa noche junto a ella.
Igual que cuando eran pequeñas hablaron de sus sueños, hasta que Xiomara se quedó dormida, Brenda en cambio no lo logró, aunque no recordaba los sucedido cada que cerraba los ojos, distintas imágenes se corrían por su mente como una escena de una película de terror.
Pero la pesadilla aún no terminaba, el sol salió y su madre ingresó a su cuarto con una gran bandeja que contenía diversos platos de desayuno y algunos medicamentos que le habían formulado al salir de la clínica.
— Hija, buenos días ¿cómo te sientes? Se que quieres estar sólita, pero no puedo dejar que estés sin tomar tus alimentos, Inés te preparo tu desayuno favorito y mira te envío un postre, aunque no es permitido el postre en el desayuno haré una excepción esta vez.
🗨️ Xiomara que apenas se despertaba viendo las delicias que llevaba su madre se apresuró a ir a su cuarto a ducharse para acompañar a su hermana a desayunar.
—Gracias mamá, buenos días, estoy bien no te preocupes y dile por favor a Inés, que le agradezco mucho el desayuno, me daré un baño y me lo comeré todo incluyendo el postre— dijo mientras buscaba en su armario algo cómodo para ponerse.
🗨️ Su madre se acercó y la miró detalladamente.
—Hija deberías ponerte un poco de maquillaje, estás muy pálida, si quieres te ayudo—le dijo
— No mamá, no quiero nada de maquillaje, estoy bien no te preocupes, no quiero ocultar como me siento, pero tampoco quiero dejarme derrotar por eso, tengo que avanzar, lo que paso no puede arruinar mis planes.
— Me alegra mucho escucharte hablar así, por cierto, Mónica Santo Domingo, llamó, quería saber cómo estabas— comentó su madre con cara de satisfacción.
—No me hables de esa gente, espero que hayan puesto la denuncia por lo que me hicieron sus hijos— contestó Brenda, en su voz, no se podía evitar sentir la rabia que sentía al tocar ese tema.
🗨️ Su madre con voz compasiva, quiso suavizar el pensamiento de su hija.
—Pero si son menores de edad, además todo fue por culpa del licor, estaban pasados de tragos.
— Y eso a mí qué me puede importar, si sus padres han invertido tanto en educación lo mínimo que se espera es que sepan de respeto, alguien debe pagar por lo que me hicieron, así sea que el escándalo les cause algo de vergüenza.
—Nunca pensé escucharte hablar así, con esa sed de venganza— dijo su madre mostrándose algo decepcionada.
— ¿Y qué crees mamá? Yo nunca pensé ser violada en mi propia casa y por los hijos de una respetable familia, si no me hubiese pasado no podría creerlo.
🗨️ Ante la respuesta seca y llena de rabia de su hija su madre sólo atinó a decir.
—hablaré con tu padre, él se encargará de solucionar todo.
🗨️ El día continuó, Brenda no salió de su cuarto en todo el día, estuvo buscando información sobre delitos en menores de edad, esperaba que su padre instaure una denuncia y quería saber cómo se procede en estos casos.
Mientras su padre, después de saber lo que su hija tenía en mente, no subió en todo el día a ver cómo estaba ella, se conformaba con lo que le decían su hermana o su madre.
Pero al día siguiente, muy temprano, recibió una visita que no deseaba y una solución que ni siquiera se le había pasado por la mente, su madre entró a su cuarto, ella se había puesto un conjunto cómodo, pensaba salir a comprar algunos libros sobre la justicia para los menores de edad.
—Hija que bueno que ya estás presentable— le dijo su madre con una amplia sonrisa.
—Necesito que bajes tienes una visita, incluido el padre Ortiz, deberías ponerte un poco de maquillaje, estás pálida y tienes unas ojeras bastante notables— continuó diciendo, mientras su hija hace un gesto de desagrado.
—Créeme mamá, que lo que menos me importa en este momento es como me veo, y ¿visitas? Además del y el padre Ortiz ¿Quién puede ser tan inoportuno?
— No puedes ser grosera hija, tienes que bajar y recibirlo, ellos quieren pedir disculpas por lo sucedido— dijo su madre
Asombrada por la frialdad de su madre Brenda preguntó.
—¿Es en serio mamá? Están aquí así como si nada ¿piensan que con una disculpa lograrán reparar mi himen roto?
—¡Basta!— le gritó su madre
—No me hagas llamar a tu padre, bajas inmediatamente y no quiero que les hagas ningún desaire.
Sin poder evitarlo y con el malestar que le causaba el saber que en la sala de su casa se encuentra la familia Santo Domingo y el padre Ortiz, contra su voluntad debió bajar a la sala y recibir la incómoda visita.
Patricio Santo Domingo haciendo gala de una enorme hipocresía, trató de abrazar a Brenda quien lo esquivó y fue a sentarse en el sillón principal, mientras le lanza a los presentes una mirada de absoluto desprecio.
Su madre se sentó a su lado y tomó su mano, su padre de pie junto al señor Santo Domingo mira complacido a su hija.
El visitante espero que se pusiera cómoda y al ver su poca amabilidad tomó la palabra.
— Lamentamos mucho lo sucedido, pero esto no debe afectar la amistad que ha existido por años entre las dos familias, fue un accidente causado por los tragos, por eso después de analizarlo desde todos los ángulos hemos decidido que para evitar habladurías Mateo y Brenda deberán casarse, claro en cuanto Brenda cumpla su mayoría de edad, es decir en tres años, mientras mantendrán un noviazgo discreto.
🗨️Los ojos de Brenda casi salen de sus órbitas, liberándose su mano del agarre de su madre se puso de pie y habló sin dejarlo terminar.
— ¡Nunca! Usted se ha enloquecido, como espera que me case con uno de los hombres que destruyeron mi vida.
— Hija conserva la calma, las dos familias tenemos negocios en común, no podemos poner en riesgo nuestros negocios por un suceso que se puede superar — dijo su padre intentando tomárla de la mano.
—Pues conserven sus negocios, pero a mi déjenme lejos de este asunto, me iré a vivir con mis abuelos a Aruba y no tendrán nada que ver conmigo — dijo Brenda y trató de ir a su cuarto, pero la voz de su padre la detuvo.
— No señorita, no vas a hacer tu voluntad o aceptas casarte en cuanto cumplas la mayoría de edad o te irás a un convento, tú decides.
—Pues prefiero irme de monja, pero recuerda que fuiste tú quien me obligó a beber, estoy por creer que todo esto fue un plan de ustedes para unir las familias, pero no los voy a complacer.
🗨️ Entre lágrimas Brenda subió las escaleras, su madre y Xiomara fueron tras ellas, mientras su padre está sorprendido por la reacción de su hija, ella que siempre le obedeció por primeras vez se mostró rebelde.
Franco quien acaba de llegar a la casa, no entienden el porqué de la visita, con una notable expresión de disgusto, al ingresar solo saluda a su padre y se dirige al cuarto de su hermana.
— En unos días se le pasará y aceptará la propuesta, no creo que esté dispuesta a dejar su vida cómoda, para irse a vivir con votos de humildad en un convento—
Dijo con voz serena, mientras servía licor para todos.
— No debería tomarlo tan a la ligera— dijo el sacerdote, que en silencio observó lo sucedido.
—Tranquilo padre, no conozco ningún millonario que desee cambiar sus vida de lujos y placeres, si es necesario haré que sus tarjetas sean canceladas, apenas vea que no puede pagar sus caprichos, cambiará de idea, mi hija no sabe lo que es la pobreza y se que no es tan fuerte para soportar una semana sin salir de compras con su madre y su hermana.
La Monja y el CEO https://m.dreame.com/novel/1342776576.html
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