El CEO Inútil Y La Recepcionista

El CEO Inútil Y La Recepcionista


 Me llamo Andreina Suárez, tengo veintiún años, mi piel es morena, soy delgada, extremadamente delgada, mi cuerpo es invisible, nadie me nota, así este a su lado. 


Soy adoptada, mis padres pagan condena en la cárcel por fabricación y tráfico de drogas, la familia que me adoptó decidió que lo mejor era que llevara su apellido, aunque es muy notable por mi tono de piel, que no hago parte de su familia. 


Termine mi secundaria y ahora estudio biotecnologías, pero trabajo con recepcionista en la sede principal de los hoteles estelar. 


Tengo como costumbre desde que me gradué hace tres años, reúnirme con mis amigas y pasar una semana con ellas, este año iremos a un festival de solteras y solteros, no tengo idea que pase ahí, pero estoy dispuesta a divertirme.


Llegamos a un barco tipo crucero, entramos a un gran salón, tiene en su decoración muchos corazones y figuras de cupido, por todos lados hay chocolates y figuritas tiernas, nada de eso me llama la atención. 


Escapando del grupo del recorrido, prefiero ir al cuarto asignado, a ver que usaré esta noche en el festival, quiero usar algo diferente a lo que uso a diario por una noche dejaré a la insignificante Andreina, que todos miran por encima del hombro.


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Mi nombre es Santiago Vélez, tengo veinticuatro años, mi abuelo y mi padre son dueños de una gran cadena de hoteles, que están presente en varios países del mundo, en sus ciudades principales, siempre he sido rebelde, por eso estudié física nuclear y no administración hotelera como quería mi familia.


Vivía plácidamente en Australia, trabajando en lo que me gusta, disfrutando de una vida libre y sin preocupaciones, las mujeres desfilaban frente a mí para que me diera el gusto de escoger a la que más llamara la atención o si estaba muy estresado podía tomarlas a todas, sabían que ninguna obtendría más que sexo, pero aun así están dispuestas a complacerme.


No confío en las mujeres, era muy niño cuando descubrí a mi madre siéndole infiel a mi padre y luego me abandono cuando tenía ocho años dejándome con mi tía, ella me maltrataba y me obligaba a hacerle sexo oral cada noche, mi padre en cambio, me busco por muchos años hasta que logró recuperarme.


Y ahora justamente cuando estoy en empezando a conseguir el tipo de reconocimiento por el que he luchado por años, le da a mi abuelo por enfermarse y mi padre se divide entre los hoteles y el trabajo, por lógica me necesitan. 

Es ese el motivo por el que deje a un lado mi vida feliz y regresé a encargarme de los negocios de la familia.


Odio este trabajo, pero amo a mi abuelo y a mi padre, haré lo posible por adaptarme y no perder las buenas costumbres, estoy seguro de que con la ayuda de mi mejor amigo Mauricio Vélez, lograré divertirme, él conoce los mejores sitios y a las mujeres más hermosas, me invito a un festival de solteras y solteros y disfrutaré a todas las que se me atraviesen.


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Despierto con los rayos del sol iluminando mi rostro, miro a mi alrededor y no estoy en mi habitación, quiero ir al baño, pero siento un peso sobre mí, es un brazo muy bien trabajado con un par de tatuajes que no entiendo, pero que le quedan divinos, logró zafarme y un fuerte dolor me impide pararme, tomó impulso y me paro de nuevo, con dificultad llegó al baño, hago mis necesidades. 


Cuando salgo no puedo evitar desviar mi mirada hacia la cama y ahí está él, es divino, la noche anterior había disfruté de su delicioso cuerpo y hoy disfruto viendo esa hermosa figura, rápidamente busco mi ropa y justamente cuando está despertando me pongo el antifaz y salgo del cuarto, escucho que me llama, pero no pienso volver con él.


Llegó al cuarto y mis amigas no están, mejor no quiero dar explicaciones, eso sí las quiero matar.


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Una semana antes.


—¿Nicolle me puedes explicar qué vamos a hacer en un festival de solteros? — dijo Andreina mientras mira el folleto del plan que ha preparado su amiga para estas vacaciones. 


— Andreina por favor, relájate, vamos a di-ver-tir-nos, algo que sería bueno que aprendieras a hacer de vez en cuando, te la pasas o estudiando o trabajando o estudiando en el trabajo—dijo Nicolle, mientras escoge entre varios vikinis diminutos, aún no decide cuál de todos llevará. 


—Sabes que detesto que me hables como si la pila se te estuviera acabando, que puedo hacer necesito que mis notas sean las más altas para seguir con la beca y la única forma es siendo dedicada— dijo Andreina un poco molesta. 


— Si amiga te entiendo, pero tienes un mes de vacaciones en la universidad y quince días en el trabajo, distraerte una semana no te caerá mal, es solo una semana y prometo no molestarte hasta el próximo año.


—Está bien, creo que tienes razón necesito un descanso.


—Si amiga y no solo eso, también necesitas algo de sexo.


— Nicolle, por dios deja de decir esas cosas, yo espero llegar virgen al matrimonio. 


— De qué hablan, que Andreina tiene las orejas rojas, ya me imagino, Nicolle tú como siempre de pervertida— dijo Melanie, que apenas se una a la reunión. 


—Y ahora la mala soy yo, les mande un mensaje con toda la programación y un par de fotos de los chicos guapos que estarán en el evento final, díganme que no les gustó la idea la pasaremos muy bien. 


—Te imagino detrás de tu hermano para que te las pasara las entradas al festival, ¿cómo hiciste para convencerlo? 


—Digamos que negocie con él, le ofrecí algo a cambio—dijo Nicolle, mientras camina por la habitación. 


—Pero tuvo que ser algo muy bueno, según escuche, el plancito cuesta un dineral, irán hombres y mujeres con mucho dinero. 


—Si es algo que él lleva deseando hace mucho rato. Una noche contigo.


—No lo pienses Nicolle, yo no me voy a acostar con tu hermano, sabes que no me gustan los hombres—Dijo Melanie. 


—No digas eso, a ti si te gustan los hombres, solo que no has encontrado al indicado, el que te ponga a cacarear ese gallo, te ha tocado lo más malito que existe y así no modo de juzgarte— dijo Nicolle, burlandose de su amiga. 


—Ustedes dos están locas, mejor vamos a buscar algo de comer y de una vez veamos si necesitamos comprar algo.


Las tres chicas salieron hacia el centro comercial, deben llevar un traje formal para la noche de cupido, el momento más especial del festival, en donde puedes encontrar el amor de tu vida o solo una noche de pasión desenfrenada.  

Cap 2


Finalmente estamos en el festival ha sido muy divertido, hemos tenido una semana de talleres y las actividades han sido recreativas y relajantes, clases de baile, de maquillaje, de glamour, manicura y muchas cosas más, no sabía que se podía aprender tanto en un plan de estos. 


Mañana será el gran día, el evento final en el que nos reunimos con los hombres en el salón principal, todos debemos tener un antifaz y conservarlo toda la noche, si hay intimidad pueden quitárselo.


— Señorita nos vamos de spa, necesito relación total, eso si antes vamos a sección de depilación, primero el dolor y después a hacernos consentir—dijo Nicolle, mientras baila al ritmo de la música del gim

— Vayan ustedes, yo me quedaré en la piscina, mañana me iré a dormir temprano—dijo andreina tomando la toalla. 

— No señora mañana será un día especial, no pierdo la esperanza de que te despelucaran la cotorra y con ella peluda te estresarás y sentirás pena.


—Y a ti quien te ha dicho que yo.


—Amiga, yo sé que quieres ser virgen hasta el matrimonio y te entiendo, pero no tienes opción, no siempre estará mi hermano o algún caballero cerca para salvarte de los degenerados de tus tíos y tus primos, aunque suene feo y me cueste aceptarlo, prefiero que te entregues a un desconocido y sea un momento agradable y no que uno de esos desgraciados se aproveche de ti y quedes traumada.


—En eso Nicolle tiene razón—dijo Melanie, apoyando a su amiga. 


—Ya se que no me tendré como liberarme de ustedes, está bien iré con ustedes, pero a cambio Melanie debes aceptar pagar el favor al hermano de Jessica.


— Eso no es justo, aunque tendré que sacrificarme Pensándolo bien, Jairo no está nada mal.


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Hoy es el gran día.


—Andreina no nos mostraste que te pondrás hoy, espero no te hayas traído uno de los vestidos anticuados que te gustan. 


—tranquila es una sorpresa amiga no comas ansias.


—No te preocupes, yo traje algo extra por si acaso, debes vestirte con algo que sea algo acorde al momento.


Jairo, el hermano de Nicolle, nos invita a conocer el salón donde será el evento final, la decoración me parece muy cursi, no creo en nada de esas cosas, me aburro pronto y decido subir, debo alistarme para esta noche usaré algo diferente a lo que uso a diario.


Por una noche dejaré a la insignificante Nicolle, a la que han engañado, maltratado y mirado como una insignificante cucaracha casi a diario.


Esta noche saldrá la otra yo, mi parte perversa, la que imagino cada noche cuando no puedo dormir, de la que todos se enamoran y a la que todos tratan bien, la que tiene una mamá que la defiende y un papá que la proteja, la que tiene una familia inmensa que se reúne en fechas especiales.

Hasta mis amigas piensan que no soy capaz de escoger algo acorde al momento, pero hoy descubrirán que se más de moda de lo que ellas creen. 

Usaré un vestido es verde esmeralda, ceñido al cuerpo con tirantes anchos y escote corazón, tiene una sensual apertura que llega más arriba de lo debido, de la cintura se desprende una hermosa cola que se arrastra haciendo que me vea elegante, sensual y deseada, es un vestido de última colección, una de las huéspedes del hotel es diseñadora de modas y lo hizo especialmente para mí. 

Unas delicadas zapatillas negras con fino encaje y unos guantes de encaje negros son el complemento perfecto, mi cabello recogido, un maquillaje natural, por último el único recuerdo que tengo de mi madre y collar de perlas con una hermosa esmeralda colombiana.

Me pongo el antifaz y me dirijo al salón, debe estar lleno hace más de una hora que Nicolle y Melanie, pasaron a buscarme, pero aún no estaba lista. 

Entró al salón, doy una mirada, ubicó a mis amigas, mientras camino hacia ellas, siento muchas miradas sobre mi, me acerco y las saludo y no me reconocen.

—Hola chicas.

—No puedes ser tú, Andreina ¿qué te hiciste? Estás divina.

—Estoy pensando en hacer un cambio de trato con mi hermano, no te reconocería, pero quedaría muy bien pago.

—No loca, Melanie es la más indicada para eso, él está loquito por ella y a ella le gusta así lo niegue.

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Empieza el dichoso festival, odio a Mauricio, por lo menos me hubiera dicho que tendría que pasar una semana escuchando a un montón de hombres hablando de sus conquistas y de lo bien que lo iban a pasar esta noche, estoy desesperado por buen sexo, lo único bueno es que aprendí nuevas técnicas de conquista nunca esta de más un nuevo repertorio ellas siempre esperan que uno diga lo mismo. 

De resto, todo fue una pérdida de tiempo, pensé que este festival sería un escoge y recibe, pero no, tuvimos que pasar una semana aprendiendo pendejadas, a una mujer no le interesa si uno tiene la piel suave, solo le importa como uno la haga sentir y ya, estoy desesperado solo pude estar con un par de camareras, pero de afán y así no me gusta.

Estoy discutiendo con mi buen amigo Mauro, aunque él también esperaba que fuera distinto, voy hacia el bar a pedir un trago y veo entrar a una diosa de piel oscura, algo diferente, es única y muy sensual, con un delicado vestido verde, que deja ver una larga, seductora, muy bien cuidada y provocativas pierna, la apertura termina justo donde yo dedicaría mucho tiempo a besarla, todos la miran y eso me incomoda quisiera ser el único que pudiera observarla.


Pero ella los ignora a todos, eso me gusta, se reúne con un par de chicas, al parecer viene en grupo, quizá Mauricio las conozca.


Trate de acercarme a ella toda la noche, se reía mucho con sus amigas, pero rechaza las invitaciones a bailar aunque sus amigas le buscan chicos para que la inviten.


Por fin la veo alejarse de sus amigas, me imagino que va hacia el baño, es mi momento de acercarme.

—Podemos bailar, no importa si no sabes, yo te enseñó.

—Disculpa, en este momento voy hacia el baño.

—Tranquila ve y yo te espero.

Un tipo muy elegante, con un aroma delicioso, muy alto, me invitó a bailar, me demore un poco más de la cuenta para que se canse de esperar y se vaya.

Pero, a pesar de mi demora, después de lavarme las manos salí y ahí estaba esperándome.

Cap 3

Por un momento Santiago siente que hizo mal al escogerla. 

Dios con tantas mujeres, hubiera escogido otra ya iría por mi tercer o quizá cuarto round.

Pero que estoy pensando y dejar que otro disfrute de su ternura, su suavidad quizá de forma salvaje, nooo eso no me lo perdonaría.

Esta mujer es tan tierna, es pura es delicada, algo bueno debí hacer en mi vida rebelde para merecer un premio de este calibre, su piel es tersa, suave, su olor a inocencia es inigualable, sus besos cálidos y dulces te dejan una sensación a helado de vainilla, provoca seguirla besando, es adictiva no lo puedo negar. 

Retomo mi tarea y mientras disfruto de sus suaves labios, retiro suavemente de su cuello el collar que lleva, sé que es un recuerdo de su madre y no quiero que se estropee.

Continuó dedicado a sus labios, bajo por su cuellos en donde estaba su collar la llenaré de besos, mis manos buscan el broche del sostén y por fin logró liberarme de él, agradezco a Dios por las enseñanzas recibidas esta semana, lo tiro lejos y me dedico a ellos, son hermosos, pequeños y naturales, puedo sentirlos y ver como ella disfruta cada roce, cada beso, cada caricia.


Con pasos suaves la llevo hasta la cama me siento y quedo más o menos a su estatura, puedo recorrerla con mayor libertad, aun con el panti la lleno de besos y caricias, ella se aparta un poco, entiendo que siente pena, los tomó y lo voy bajando sin dejar besarla, frente a mí está una escultura de mujer, su cuerpo es perfecto tiene todo en su lugar, la siento a mi lado y mis besos la seducen, mientras mis manos la recorren hasta llegar a su territorio oculto, ella se tensa y toma mi mano, entrelazo mis dedos en esa mano, me arrodilló frente a ella, la miró y está con los ojos cerrados.

—Ábrelos quiero que veas lo que haré, no temas lo disfrutarás, seré lo más delicado que sea posible, esta noche será inolvidable para ambos. 

Con mis manos voy abriendo sus piernas, ella se tapa con las suyas y se las empiezo a besar, mi lengua se filtra entre sus dedos y van cediendo hasta que dejan de ser un obstáculo para mí.

Me abrí paso y escucho un nuevo gemido, este más suave y relajado, estoy dedicado a consentir esa zona, es suave, dulce y cálida, ella se tira a la cama y se mueve al son de las caricias, sus gemidos son mucho más fuertes, intensificó los movimientos mi mano va a su pecho mientras meto la otra bajo su cintura y la atraigo para poseerla totalmente.

Ella trata de escapar, pero no la dejó, quiero sentir su primera liberación, que se entregue totalmente, que por primera vez pierda el control, quiero ser dueño de esos momentos veo como araña la sabana, sus piernas se tensionan y me apresan, dejándome clavado entre sus piernas, no pierdo el tiempo y aprovecho para hacer que sienta la corriente pasar por todo su cuerpo y libere todo, que no quede ni una gota en su interior y que calme mi sed de ella.

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Que fue todo esto, es una mezcla de emociones deliciosas, él me mira y esa lujuria en sus ojos me encanta y quiero más,

Me vuelve a besar y con su dedo me sigue acariciando, su camisa ya no está y veo un provocativo pecho, es como en mis cuentos de hadas, un delicioso príncipe que toma a su princesa.

Suelta su correa y el botón de su pantalón y este cae, su bóxer va bajando, me imagino algo de tamaño proporcional a lo que escucho hablar a mis amigas, queda desnudo y mis ojos no salen de mi asombro, es tres veces mucho más grande de lo que mis amigas me han descrito, creo que las han estafado.


—¿Te gusta lo que ves?

—Más bien me asusta lo que veo—contesta Andreina, tapando su cara con los dedos abiertos. 

No puedo evitar reír, su cara es simplemente de pánico, pero también de curiosidad.

—Tranquila seré cuidadoso. 

Regreso a mis juegos, nuevamente me dedico a su zona prohibida, a diferencia de hace un rato que me pedía que me alejara, ahora lo disfruta más gime y me pide que no pare, muy pronto nuevamente se derrite de emoción y sin darle tiempo de recuperarse, ubicó a mi amigo que está muy emocionado por entrar a explorar ese nuevo territorio, ella se tensa un poco al sentir a mi amigo en su entrepierna.

—Tranquila no te va a morder, iré despacio.

La beso suavemente en sus labios, pero ella toma mi cuello y me besa con pasión lo que me enciende y me hace querer entrar, voy suave, con ternura y mi amigo se abre paso, ella aprieta, mis dedos la acarician para que esté más cómoda y ella arquea su espalda y suelta su cuerpo dejando que todo sea mucho más fácil, veo una mueca de dolor y me detengo.

— ¿Quieres que pare?

—Quiero ser tuya— me dice al oído, así que continuo lo hago lento mientras ella se acostumbra a sentirme en su interior.

—¿Te gusta?

—Sí.

Se muerde los labios y voy aumentando la velocidad, la veo nuevamente arañar la sabana, toma una almohada y se tapa la cara, yo se la quito, deseo ver cada gesto, cada reacción, es mía, todo su cuerpo es mío, disfruto cada parte de su cuerpo, exploró todas sus regiones, he conquistado un territorio inexplorado y es todo mío, no te pienso dejar ir.

Terminamos y un rato después queríamos hacerlo de nuevo, esta vez ella se dedicó a explorarme, odio que toquen mis pies y ella se adueñó de ellos, los beso, recorrió cada parte de cada uno, luego ascendió por mi cuerpo, llegó a visitar a mi amigo y él muy cortésmente atendió bien a la visita, la alimento y le permitió seguir su recorrido por mi pecho hasta llegar a mis labios.

Es una mujer hermosa, la tenue luz de la mesa de noche me permito ver sus delicadas facciones, la senté en mi trono, terminé de soltar su cabello y es una diosa, maneje su cuerpo y nuevamente llegué el clímax junto a ella, esta vez sin dejar de mirar su rostro, quería grabarme su imagen, su aroma, todo de ella.

La tomé en mis brazos y ella se durmió después de preguntarme mil veces que diablos había sido todo eso, por fin me dormí, deseando descender del barco aferrado a esta bella mujer.

Desperté con los rayos del sol en mi cara, y entre dormido veo que ella ya está vestida, rápidamente se pone su antifaz, y sale corriendo, intento llamarla, pero no sé su nombre, nunca me lo dijo.

Me quedo en la cama, vuelvo a quedarme dormido, un rato después despierto y ella no está, sería solo un sueño, me levante y vi las manchas de sangre en la cama, me sentí feliz era realidad, había sido mía, toda mía, la busque en el baño y no estaba, solo encontré una nota en la mesa de noche.

Gracias por ser tan cuidadoso, nunca voy a olvidarlo. Besos.

Maldita sea no puede ser, se ha ido, como pudo dejarme, esto nunca me ha pasado, las mujeres siempre quieren seguir cerca de mí, pero no ella, ella es diferente, es única, es mía.


Debo buscarla, no me importa a donde tenga que ir, debo encontrarla debe saber que solo quiero estar con ella.

Cap 4

Para cuando llegue a mi cuarto y ese par ya no estaban, sus espacios estaban hechos un desorden así que pase al mío, de la habitación de ese hombre salí sin pantis y sin sostén, no podía quedarme hay buscando.

Me tomé un par de analgésicos vaya que me dolía el cuerpo, me di un baño, me puse algo cómodo y me tire en mi cama, dormí hasta que aparecieron mis amigas y se tiraron a mi lado.

—Andreina, amiga ¿estás bien?—Preguntó Nicolle, tratando de despertarla. 

—Si estoy bien, déjenme dormir. 

—Discúlpanos por dejarte sola anoche, te vimos tan entretenida con ese agradable sujeto y nuestros amigos dieron tan buenas referencias de él que no quisimos interrumpir.

—¿A qué hora bajamos del barco?—Preguntó Andreina, tratando de volver a dormir. 

—Andreina, no te enojes con nosotras, te recompensaremos—dijo Melanie, pasando su mano por su espalda lo que hizo dar un salto a su amiga al sentir un dolor un poco fuerte.

—Ouch, eso dolió— dijo Andreina, mientra pensaba que no se dio cuanta de las huellas que habían quedado en su cuerpo. 

Cuando me bañe no me fije que tenía varios morados por todo mi cuerpo, estaba tan emocionada recordando lo que había pasado que ni los vi.

—Andreina dinos, ¿qué te paso? Por cierto ¿ y donde amaneciste? 

—Nada solo me tropecé anoche, saben como soy de torpe con esos zapatos de tacon alto, me di un par de golpes con una mesa.

—Huy amiga, pero esa mesa tenía dientes, te persiguió y te dio un par de mordiscos en la espalda.

Literalmente mis amigas me dejaron en ropa interior y descubrieron que la noche había estado bastante agitada.

—¿Te acostaste con ese chico de anoche? a ver cuéntanos, ¿cómo fue, si lo disfrutaste, qué te hizo? 

Eran tantas preguntas que no sabía por dónde empezar a contestar, o mejor si ellas se callaran algún día para poder contarles.

Por fin logré que me dejaran hablar y les conté casi todo, algunas cosas preferí guardármelas, mi madre dice que al libro abierto las polillas se lo comen más ligero.

Después de aplicarme casi todo un tubo de ungüento me sentí mejor y ellas quedaron más tranquilas, era hora de alistarnos para bajar del barco.

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La busque por todos lados, espere a la salida al final de la tarde y no la vi descender con los demás pasajeros, lleve conmigo las sábanas y las fundas que usamos tenían su olor, su sudor y la prueba del acto maravilloso que había ocurrido en ese cuarto, si pudiera me llevaría el cuarto completo, también tengo como tesoro, su ropa interior, me imagino la frustración de mi pobre chica al no encontrarla, no sé cómo pudieron llegar a estar debajo de mi almohada.

—Amigo por fin te encuentro, ¿qué tal estuvo tu noche? —preguntó Mauricio esperando que su amigo le dé muchos detalles. 

—Las he tenido mejores—contestó su amigo, con un poco de molestia, no quiere tocar el tema tiene otras cosas que pensár en este momento. 

No quiero contarle a Mauricio lo que sucedió, no es que se malo, pero por primera vez siento que no debo compartir mi intimidad con él

—Amigo lo siento pensé que estabas contento con ese insignificante chica que estaba contigo anoche, sabía que no era tu tipo, demasiado delgada y ese color de piel tan repugnante.

Y Santiago no se aquívoca, lo mejor es no contarle nada no quiere escuchar comentarios malintencionados. 

—No sabía que tenías esa clase de limitaciones mentales, veo que aún no termino de conocerte.

— No me malinterpretes, es solo que no me agradan, además mi tía adopto una chica de se color de piel y la odio, siempre tan juiciosa y esforzándose por mejorar, no supiera yo, que desean quedarse con la fortuna de mi tía.


Sin querer escuchar las quejas de su amigo, Santiago decide regresar a su casa


— Mejor vámonos, ya quiero llegar a mi casa.

Santiago no puede dar crédito a lo dicho por su amigo, es increíble que tenga esa clase de pensamientos, entiende por qué su abuelo no lo aprecia mucho.


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Las vacaciones terminaron, ha sido un mes muy emocionante, pero ya es hora de regresar al trabajo, todo parece indicar que tendremos nuevo jefe, por e-mail nos notificaron que el señor Rafael Vélez, sufrió un infarto y su nieto tomaría el cargo, espero que sea tan buen jefe como su abuelo, no pude estar en la reunión de presentación así que no tengo idea quien es, me daré prisa quiero llegar un poco antes para ver que todo esté en orden.


Al llegar al hotel se siente la tensión de un nuevo jefe, rápidamente voy a mi lugar, estoy ordenando algunos documentos, y veo a un tipo muy grosero discutir con el gerente, no entiendo por qué, si Raúl es muy amable, es un alma de dios.

El sujeto se va y Raúl de acerca a saludarme

— Hola Andreina , que bueno que estás de vuelta, verte aquí es un buen augurio, tú eres la paz y la calma en esta tormenta, 

—No me digas que me extrañaste— dice Andreina entre risas. 

¿Así de mal estamos?

— ya te contaré en el almuerzo—dice Raúl retornando a su lugar. 

Hace una semana retorne a mis labores, todo es un caos, todos los empleados tienen algo de que quejarse y para ellos yo soy la encargada de trasmitir sus quejas a los mandos superiores, por ser la más antigua del hotel en esta sede, por lo general a los antiguos los transfieren a nuevas sedes para el entrenamiento de los contratados.

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Tuve una mañana de relajación, estar en el hotel me estresa me agota, pero debo regresar y al llegar a mi oficina me encuentro con Alfredo, mi viejo amigo, es todo lo contrario a Mauricio, ellos dos son como el ángel y el diablo que se paran en tu hombro al momento de tomar una decisión.

Es el único que sabe lo que me paso en el crucero y me ha estado ayudando en la búsqueda de esa mujer.

—Oye, cuéntame qué te pasa me sacaste de mi oficina como si de eso dependiera tu vida—dijo Alfredo saludando de mano a su buen amigo. 

—Cómo te lo explico, si ni yo mismo se por donde empezar, siento que me voy a enloquecer, no entiendo nada del manejo de estos malditos hoteles, no encuentro a la mujer de la otra noche, extraño mi vida en Alemania.


—No puedo creer lo que voy a decir, pero te veo muy decaído, me preocupas y aunque no me guste lo que te voy a decir, deberías irte con Mauricio de parranda, necesitas despejar tu mente.

—Así de mal debo verme para que me des semejante consejo, pero no sé qué diablos me pasa, quiero volver a Alemania, pero también quiero estar aquí, por lo menos mientras encuentro a mi princesa, llevo un mes buscándola y nadie sabe de ella, conseguí los listados de los asistentes, pero no hay mayor información, odio este trabajo, no entiendo nada, me han entregado muchos informes, los leo, pero no logro descifrarlos.

Debo salir de aquí, me estoy volviendo loco.

—Te entiendo, tienes razón debes tomarte un respiro o no harás nada bien.

En cuanto al trabajo creo te complicas mucho la vida, busca soluciones, para entender el manejo de los hoteles te recomiendo buscar al empleado más antiguo siempre conocen cada detalle aunque no sea su área.

—Seguiré tus consejos, preguntaré quién es el empleado más antiguo para que me sirva de apoyo, tienes razón. 

Pero amigo, esta noche quiero salir, busca un par de chicas, pero acompáñame, llamere a Mauricio y nos vemos más tarde.

—Si eso te hace sentir mejor me sacrificarse por ti.

Ahora te dejo tengo trabajo debo cerrar un par de negocios para leer irme de rumba con ustedes. 

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Pero Andreina también está al borde de la locura, hay demasiado trabajo en el hotel, lleva horas buscando al presidente, necesita que le firme unas normas o perderán clientes muy importantes.

—Buenas tardes, señor— le dice Lorena su secretaria al regresar de su hora de almuerzo. 

—Buenas tardes Lorena, tenemos algún pendiente en la tarde.

—Si señor, Andreina le ha buscado por todo el hotel, necesita que le firme unos documentos confidenciales.

—¿Y quien diablos es Andreina? 

— La recepcionista principal, ella se encarga de los clientes más importantes del hotel, a nivel internacional.

—Llámala que traiga los dichosos documentos.

Odio a mi nuevo jefe y aún no lo conozco, hace una semana regresé de vacaciones y todo esta patas pa arriba, documentos sin firmar, pedidos sin hacer, facturas sin pagar, todo debe pasar por presidencia así lo manejo el señor Vélez, pero creo que a su nieto esto le quedara grande.

Mis compañeros le tienen pánico, es gritón, y degrada el trabajo de todos aquí.

Andreina tiene la cabeza vuelta un ocho, ya está cansada y justo cuando decide ir a tomarse un café suena su teléfono. 

—Andreina, dónde estás? Ya está aquí el señor Velez, te mando a decir que subas los documentos.

—Por fin —dice Andreina y todos la escuchan, es hora de conocer a su jefe. 

Sus compañeros hacen símbolos de cruces y le dan la bendición apenas se sube al ascensor. 

—Hola Lorenita, gracias por avisarme de la llegada de tu jefe. 

—Hola André, no es nada, para eso estamos, sigue te está esperando

Andreina pone su mejor cara, espera que por lo menos sea agradable. 

Toco la puerta y él me autoriza a seguir.

—Buenas tardes, señor, necesito que por favor me firme estos documentos, tenemos retrasadas varias contrataciones.

Pero Santiago está de espaldas a la puerta, revisando su celular, como si no hubiera nada que hacer, no se toma la molestia de contestar, así que Andreina decide soltar sobre el escritorio, el pesado paquete de papeles que hace más de tres días espera que él los firme y siempre está ocupado.

Se sobresalta con el ruido que causa el paquete, mientras Andreina observa varios montones de papeles por toda la oficina.

Se da vuelta en la silla, aun con la mirada fija en el celular y con su mano le hace señas que me siente.

El CEO Inútil Y La Recepcionista


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